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Intervención de S.E. Xi Jinping Presidente de la República Popular China en el Debate General del Septuagésimo Quinto Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas
2020-09-23 00:14

Señor Presidente,

Colegas:

Este año marca el 75º aniversario del Triunfo de la Guerra Antifascista Mundial y de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Cabe destacar el gran significado de la Cumbre Conmemorativa de la ONU, celebrada ayer con solemnidad, al evocar las experiencias y lecciones que nos dejó aquella Guerra, y renovar nuestro firme compromiso con los propósitos y principios de la carta fundacional de esta organización multilateral.

Señor Presidente:

Ahora que los seres humanos estamos luchando contra COVID-19, que se ha propagado a todo el mundo y nos ha puesto ante continuos altibajos en el control epidemiológico, somos testigos de los extraordinarios esfuerzos de los gobiernos, los médicos, los científicos y la gente común y corriente. Constatamos la solidaridad entre los pueblos, que reafirma el coraje, la determinación y el amor de los seres humanos ante graves calamidades, gestos que iluminan este momento más oscuro. Esta pandemia será vencida por la humanidad, y la victoria, en definitiva, pertenecerá a los pueblos del mundo.

Frente a la pandemia, hemos de poner en práctica el concepto centrado en el pueblo y la vida. Es preciso dedicar todos los recursos disponibles a la labor focalizada y científica de prevención y tratamiento, sin dejar desatendido a ningún infectado o paciente, para frenar resueltamente la expansión del virus.

Frente a la pandemia, hemos de reforzar la unidad y la solidaridad. Es menester adoptar un espíritu científico, poner en pleno juego el papel líder de la Organización Mundial de la Salud, y promover el control y tratamiento colectivos a nivel internacional, para ganar con determinación esta batalla global contra el virus, y repudiar la politización y la estigmatización.

Frente a la pandemia, hemos de elaborar medidas comprensivas para la normalidad prolongada de control y tratamiento. Es imprescindible reactivar ordenadamente las actividades comerciales, productivas, laborales y educativas, crear empleos, impulsar la economía, y recuperar el orden y el dinamismo de la economía y la sociedad. Las principales economías, además de su propio relanzamiento económico, han de fortalecer la coordinación macropolítica para contribuir a la recuperación de la economía mundial.

Frente a la pandemia, hemos de atender y apoyar a los países en desarrollo, especialmente a los africanos. La comunidad internacional debe tomar oportunas y enérgicas medidas en el alivio de su deuda y el otorgamiento de nueva asistencia, asegurar la debida implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y ayudarles a superar las dificultades.

Hace 75 años, China hizo contribuciones históricas al triunfo de la Guerra Antifascista Mundial, y apoyó la fundación de la ONU. Hoy, con el mismo compromiso, China se dedica activamente a la cooperación internacional contra COVID-19, aportando la fuerza china a la salvaguardia de la seguridad global en salud pública. Seguiremos compartiendo con los diversos países experiencias antiepidémicas y tecnologías diagnósticas y terapéuticas, ofreciendo apoyo y ayuda a los países necesitados, y garantizando la estabilidad de las cadenas globales de suministro de materiales sanitarios, al tiempo de participar activamente en las investigaciones científicas a nivel global sobre el origen del virus y sus canales de transmisión. China ya cuenta con varias vacunas candidatas que han entrado en la fase III de ensayos clínicos. Una vez estén disponibles, las ofreceremos como bienes públicos globales, priorizando los países en vías de desarrollo. China cumplirá debidamente nuestro compromiso de brindar en dos años 2 mil millones de dólares para la asistencia internacional, con el fin de profundizar la cooperación internacional en los ámbitos de la agricultura, el alivio de la pobreza, la educación, las mujeres y los niños y el cambio climático, y coadyuvar a los diversos países en la recuperación y el desarrollo socioeconómicos.

Señor Presidente:

La historia del desarrollo humano es en sí misma una historia de continua superación de desafíos y dificultades de toda índole. La pandemia de COVID-19 se enmarca en una situación internacional cambiante nunca vista en una centuria. Sin embargo, la paz y el desarrollo siguen siendo los temas principales de esta era, y los pueblos albergan una expectativa más vehemente hacia la paz, el desarrollo y la cooperación de ganancia compartida. COVID-19 no será la última crisis de la humanidad y debemos estar preparados para responder juntos a los eventuales desafíos globales.

Primero, esta pandemia nos enseña que vivimos en una aldea global interconectada e interdependiente. Los distintos países son estrechamente entrelazados y la humanidad es una comunidad de futuro compartido. Ningún país podrá beneficiarse de los apuros ajenos ni mantener su estabilidad sin verse afectado por los disturbios de otros países. Si un país pretende sacar provecho de los sufrimientos de sus vecinos o se queda con los brazos cruzados ante las desgracias ajenas, tarde o temprano las amenazas de otros se convertirán en sus propios desafíos. Por lo tanto, nos es imperativo concienciarnos de la interdependencia entre los países, desechar los pequeños círculos o la mentalidad de juego de suma cero, considerarnos como miembros de la misma gran familia de cooperación y ganancia compartida, repudiar las disputas ideológicas, superar la trampa del choque de civilizaciones y respetar mutuamente el camino y la modalidad de desarrollo escogidos soberanamente por cada país, con miras a hacer de la diversidad una inagotable fuerza motriz para el progreso de la sociedad humana, y preservar la convivencia natural de las coloridas civilizaciones humanas.

Segundo, esta pandemia nos enseña que la globalización económica es una realidad objetiva y una corriente histórica. Frente a la tendencia predominante de la globalización económica, son procederes contrarios a las leyes de la historia meter la cabeza en la arena como avestruz o blandir la lanza contra el gigante imaginado como Don Quijote. El mundo no retrocederá al hermetismo ni aceptará la división artificial en bloques opuestos. En vez de eludir los desafíos acarreados por la globalización económica, nos incumbe afrontar los problemas trascendentales como la brecha entre los ricos y los pobres y el abismo de desarrollo. Se nos exige abordar adecuadamente las relaciones entre el gobierno y el mercado, la equidad y la eficacia, el crecimiento y la distribución, así como la tecnología y el empleo, con miras a lograr un desarrollo equilibrado y suficiente, cuyos resultados son compartidos de manera equitativa por todos los países y personas de diferentes estratos sociales. Nos es imperativo tener una visión abierta e inclusiva, promover invariablemente la construcción de la economía mundial abierta, salvaguardar el sistema multilateral de comercio basado en la Organización Mundial del Comercio, oponernos explícitamente al unilateralismo y el proteccionismo, así como proteger la estabilidad y la fluidez de la cadena global de industrias y de suministro.

Tercero, esta pandemia nos enseña que la humanidad necesita una revolución a sí misma para propiciar modos ecológicos para la vida y el desarrollo y la construcción de la civilización ecológica y la Tierra hermosa. Los seres humanos no podemos seguir ignorando las repetidas advertencias de la naturaleza, ni obstinarnos en seguir el camino obsoleto de procurar sólo el desarrollo y explotar la naturaleza, sin prestar atención a la protección y la restauración del medio ambiente. El Acuerdo de París representa el rumbo general de la remodelación global hacia un desarrollo verde y bajo en carbono, y ha establecido las acciones mínimas a tomar para proteger nuestro planeta. Por lo tanto, todos los países debemos tomar acciones decisivas para cumplirlo. China aumentará sus contribuciones determinadas a nivel nacional y adoptará políticas y medidas más efectivas, con miras a llegar a la cima de emisiones de CO2 antes de 2030 y materializar la neutralidad de carbono antes de 2060. Los diversos países hemos de abrazarnos a una nueva visión de desarrollo innovador, coordinado, verde, abierto y compartido, captar la oportunidad histórica de la nueva ronda de revolución científico-tecnológica y transformación industrial, y promover la "recuperación verde" de la economía mundial en la era post COVID-19, aglutinando de esta manera una poderosa fuerza unificada a favor del desarrollo sostenible.

Cuarto, esta pandemia nos enseña que el sistema de gobernanza global debe reformarse y mejorarse sin demora. COVID-19 supone no solo un gran examen para verificar la capacidad de gobernanza de todos los países, sino también una prueba al sistema de gobernanza global. Debemos persistir en el multilateralismo y defender el sistema internacional centrado en la ONU. Respecto a la gobernanza global, es imperativo acatar el principio de consultas, cooperación y beneficios para todos y promover la igualdad de derechos, oportunidades y reglas entre todos los países, para que el sistema de gobernanza global corresponda a la política y economía mundiales ya distintas, atienda a las necesidades reales de enfrentar los retos globales y se adapte a la corriente histórica de la paz, el desarrollo y la cooperación de ganancia compartida. Las discrepancias entre países son normales, y deben ser resueltas adecuadamente por medio de diálogos y consultas. Las competencias existen, pero deben ser positivas y virtuosas, respetando los límites morales y reglas internacionales. A todos los países grandes, nos incumbe actuar como tal, ofrecer más bienes públicos globales y asumir nuestros compromisos y responsabilidades correspondientes.

Señor Presidente:

En lo que va del año, los 1.400 millones de chinos, sin miedo alguno a las dificultades y obstáculos y, con la voluntad y fuerzas unidas, hemos hecho todo lo posible para superar los impactos de COVID-19 y recuperar rápidamente el orden económico y de vida. Tenemos la confianza de poder culminar como previsto la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, sacar de la pobreza, en el plazo establecido, a toda la población rural que según los estándares nacionales vigentes sigue siendo pobre, y cumplir, con 10 años de antelación, los objetivos de reducción de pobreza fijados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de de las Naciones Unidas.

China es el mayor país en vías de desarrollo, y siempre sigue el camino de desarrollo pacífico, abierto, cooperativo y compartido. Nunca pretendemos la hegemonía ni la expansión, y nunca procuramos las supuestas esferas de influencia. No tenemos la menor intención de entrar ni en la guerra fría ni en la guerra caliente con ningún país. Al contrario, siempre persistimos en solventar las diferencias mediante diálogos y solucionar las disputas a través de negociaciones. La supremacía no es nuestro objeto, y tú pierdes y yo gano no es nuestra lógica. En lugar de cerrar las puertas, vamos formando un nuevo paradigma de desarrollo en el que la circulación doméstica es el pilar y las circulaciones doméstica e internacional se refuerzan mutuamente, y de esta forma ampliamos el espacio de desarrollo para la economía de China e inyectamos dinamismo para la recuperación y crecimiento de la economía mundial.

China seguirá siendo constructor de la paz mundial, contribuidor al desarrollo global y defensor del orden internacional. Con vistas a apoyar el papel central de la ONU en los asuntos internacionales, quisiera anunciar lo siguiente:

--- China ofrecerá otros 50 millones de dólares al Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a COVID-19 de la ONU;

--- China hará la tercera contribución de 50 millones de dólares al Fondo Fiduciario de Cooperación Sur-Sur entre China y la FAO;

--- El Fondo para la Paz y el Desarrollo China-ONU se prorrogará por otros 5 años a partir de 2025 cuando caduque;

--- China instalará el Centro Global de Conocimiento e Innovación Geoespacial de la ONU y el Centro Internacional de Investigaciones de Macrodatos para los Objetivos del Desarrollo Sostenible, en aras de dar un nuevo impulso a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas;

Señor Presidente y estimados colegas:

El relevo histórico ya está en nuestras manos. Debemos tomar decisiones sin defraudar a los pueblos y a la historia. Que estemos más unidos y defendamos firmemente los valores compartidos por todos los seres humanos de la paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad, en aras de promover tanto el establecimiento de un nuevo tipo de relaciones internacionales como la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad y crear juntos un porvenir más promisorio para todo el mundo.

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